martes, 6 de enero de 2009

Amor de Primavera

Era primavera, la época favorita y especial de muchas personas, pero no para Aurora, la chica diferente, a la que todos miraban con repugnancia, indiferencia y a veces hasta con envidia, la chica que era todo lo contrario a lo que debía ser una niña de 15 años, era inteligente, admiradora de los libros y las cosas a las que la mayoría de los individuos nombraban como “aburridas”…

Esa fue la primera primavera en donde todo no fue como siempre, ella sintió que algo había cambiado, como si algo de repente hubiera ingresado en el mundo, o tal vez, en su propia mente.

Trató de ignorar ese presentimiento, se preparó para ir al colegio como todos los días, tomó su reproductor de música y se colocó los audífonos, quería distraerse lo más posible de todo lo que la rodeaba, especialmente hoy. Hizo su mochila y metió un libro adicional para leer en el descanso cuando se sintiera aburrida.

Se despidió de sus padres y comenzó a andar hacia la parada del autobús. No iba en auto al colegio, aunque sus padres se lo hubieran ofrecido, porque ella deseaba parecerse así fuera un poco a los demás, aunque no lo admitiera, quiso ir en autobús todos los días ya que la mayoría de personas iban en el.

Mientras esperaba comenzó a pensar en ese presentimiento que sentía, ¿Algo nuevo iba a suceder hoy?, Acaso ¿Este día no iba a ser como todos los otros?, muchas preguntas se formulaban en su cabeza, pero Aurora era incapaz de responderlas por sí misma y antes de darse cuenta el autobús escolar ya se había estacionado esperando a que los alumnos se montaran en el.

Entró sin observar a nadie con importancia ni interés, se sentó como era de esperarse, en el último asiento a la derecha, justo al lado de la ventanilla, por donde observaba todo el recorrido hasta su escuela. Nadie nunca se atrevía a sentarse cerca de ella, pero ese día, como Aurora lo suponía, no fue igual. Un chico de su misma edad entro al bus con una pícara sonrisa en el rostro, Aurora nunca lo había visto, lo que quería decir que, o era nuevo o se había equivocado de parada

Ella lo observó por el rabillo del ojo y pudo darse cuenta de que el chico se había detenido en el centro del auto y la estaba observando con intriga pero sin perder su astuta sonrisa, Aurora regreso la mirada de nuevo a la ventana, era la primera vez que se sentía nerviosa al observar a alguien a los ojos… Esos ojos, eran extraordinarios, no tenían un color especial, solo eran grises, sin otras tonalidades, solo grises… Pero no eran unos simples ojos, al haber sido observada por ellos en tan solo unos 5 segundos, Aurora sintió como si su mente hubiese sido invadida por esa mirada, se sintió agobiada y fue por eso que decidió dejar de mirarlo. Sintió como el muchacho se acercó a ella, lo cual la hizo sentir aun mas nerviosa, sus manos sudaban y sus pies temblaban, pero aunque era obvio, Aurora no sabía el porqué.

Ella se limitó a ignorar al joven que se acercaba y continuó observando por la ventana. El chico hizo lo mismo, no la saludo ni le dirigió la palabra, solo se sentó en el ultimo asiento pero esta vez a la izquierda en la ventana contraria a la de Aurora, colocó su enorme mochila en el asiento y se recostó a ella, sin desprender la sonrisa de su rostro, sacó una gorra de alguna parte y se la puso en la cabeza tan bajo que ocultaba sus ojos y en menos de 10 minutos el chico se había dormido sobre su mochila.

Aurora aprovechó un momento en cuanto el autobús se detuvo en otra parada para observar de reojo al incógnito que se encontraba a menos de 2 metros de ella. Lo miró con intriga y fijamente al darse cuenta de que se había dormido, pudo reconocer más detalles del chico, sus cabellos eran negros, extremadamente negros, nunca había visto algo igual, parecía el propio cielo en las noches sin estrellas, su piel era blanca como la nieve, verdaderamente pálida, además de que aunque llevara puesta una chaqueta muy gruesa se veía muy delgado. Era el tipo de chico que a simple vista uno dice que es “extraño”.

Aurora continuó observándolo durante todo el camino, pero lo que más le intrigaba no era la extrañeza del muchacho sino un inusual brazalete que llevaba puesto, era una simple cadena de metal con una hermosa piedra azul marino en el centro, no era bonita pero tampoco servía decir que era fea, solo era extraña, o en realidad lo extraño era ver a un hombre con una pulsera como esa…

Aurora se sobresaltó al darse cuenta de que su “compañero” se despertaba, volteó inmediatamente antes de que el chico se diera cuenta de que lo observaba. Ella pudo oír como el muchacho se acomodaba sobre el asiento y xyzaba su gorra sobre su cabeza. Luego el chico se levantó rápidamente de su asiento mientras el xyz continuaba en movimiento y se fue acercando a la entrada, todos los alumnos que se encontraban en él voltearon a verlo, se escucharon algunas risitas y murmullos, pero al chico pareció no importarle, continuo caminando ignorando a los que lo observaban. Aurora también lo miraba, pero ella lo hacía no en forma burlona; sino todo lo contrario, mientras el caminaba ella lo observaba impresionada muy atraída pero a la vez con suma timidez. El joven caminaba como si fuese de otra época, su andar era majestuoso definidamente no era normal, parecía un gran héroe seguido por sus aliados dirigiéndose al final de su destino.

No solo Aurora se asombró al ver que inmediatamente cuando el muchacho estaba a medio metro de la puerta del auto, este se detuvo y la abrió.

-¿Cómo supo exactamente el momento en el que se abriría la puerta?- Se preguntó a si misma Aurora, demasiado intrigada para ser verdad, nunca se había sentido así, con nadie ni con nada, definitivamente este día iba a tener algo especial y ella lo había sabido desde un principio.


Aurora, aún asombrada por el chico nuevo, intentó desesperadamente recoger su mochila y apresurase a salir del autobús antes de que este cerrara sus puertas y la dejara adentro. Por suerte pudo salir a tiempo, aliviada suspiró y observó a ambos lados, buscando a aquel chico, que, aunque era un total extraño para ella la hacía sentir como si lo hubiese visto antes, no sabía donde, pero estaba casi segura de que ese rostro y ese cabello le eran conocidos.

Se desanimó al no verlo, buscó con su inquieta mirada entre todos las alumnos que a esa hora solían estar a la entrada de la escuela, pero fue en vano el no estaba, ya se había ido.

-Apuesto que se equivocó de parada. Sí, eso debió ser- Se dijo Aurora a sí misma para dejar de pensar en el muchacho.

Fue luego de aclarar mejor sus pensamientos cuando Aurora se volvió a encaminar hacia su salón de clase. Caminó por la entrada sin prestarle atención a todas las chicas que la observaban, no le importaba lo que pensaran, o al menos eso creía ella, ya que desde muy pequeña le habían afectado los comentarios de la gente, siempre intentaba ser como todos lo deseaban, hasta que luego de un tiempo se cansó de cambiar su vida y complacer a los demás. Fue entonces que se volvió independiente, sin el más mínimo interés de hacer amigos y salir a pasear, prefería estar en su mundo disfrutando de lo que realmente le agradaba y ser feliz a su manera, aunque en lo más profundo de su corazón ella sentía muy bien que algo faltaba para que su vida fuera perfecta, era muy difícil de explicar pero algo le hacía falta y no estaba segura de que era. Al ver a aquel chico en el autobús pensó que tal vez el era lo que le hacía falta, pero luego de recapacitar sobre que había la posibilidad de no volverlo a ver, que solo fue una casualidad encontrarse en el bus se desanimaba y se volvía a confundir.

Aurora agitó su cabeza para eliminar todos los pensamientos que se paseaban por su mente y continuó caminando.

-¡Aurora!- escuchó que la llamaban pero no quiso voltear a ver de quien se trataba, podía apostar que era una de esas muchachas que se la pasaba criticando a las personas diferentes a ella, y una de esas se podía decir que era Aurora.

Sintió una mano en su hombro y volteó desanimada, pero para su alivió no era nadie que la molestara, simplemente era Valerie, una chica de su misma edad, con cabellos catires y ojos azul cielo que la había apollado desde que Aurora entró en la escuela 2 años atras

sábado, 22 de noviembre de 2008

viernes, 21 de noviembre de 2008